Del amor y otros demonios
Este post no se trata de la famosa novela escrita por el colombiano Gabriel García Márquez por si algunos pensaron eso, no, se trata de cómo me siento anímicamente en estos momentos.
Desde hace algunos meses decidí abrir mi corazón, jajaja, mentiras, él le abrió la puerta a un alma que tocó el timbre y pidió permiso para pasar.
Conscientemente yo le dí permiso y desde ese instante comenzó una linda historia, con sus altibajos, con sus alegrías, tristezas, arrecheras, como todas y como ninguna al mismo tiempo.
Luego de un tiempo pasó lo que temía: llegó la despedida, yo pensé dar un adiós pero me pidieron un hasta luego, sin saber cuándo volvería a llegar el momento del reencuentro.
Hace 1 mes se propuso el reencuentro, yo comenzé los preparativos que consideré necesarios, pero ahora sólo encuentro el más crudo de los silencios.
A ciencia cierta no sé qué ha pasado, qué pasará (pienso que nada, estoy matando las esperanzas), no sé de causas, porqués ni de posibles soluciones...
En este momento el amor se me ha convertido en un demonio que me persigue, estoy tratando de alejarlo,m de tratar de darle paso a la tranquilidad que es lo que más quiero en este momento, borrar recuerdos, no sé...
Tampoco sé qué hacer, prefiero simplemente no hacer nada, simplemente dejar que pasen los días y que el tiempo y la distancia me ayuden a sacar de mí este sentimiento.
Me siento desesperanzada, además de cansada de pensar y pensar sin encontrar una explicación lógica al asunto, pero también asumo que es muy necio este amor que no se muere.
No sé a qué debo su abandono ni en qué ruta su propuesta se perdió, sólo sé que me hace falta su presencia y que su ausencia es la que nos separa, no la distancia.
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