Perdida en el Metro de Caracas...

Durante la mañana de hoy, estuve como el hijo de Limberg: perdida totalmente...

Me dirigía a la estación del metro de Artigas y debía estar allí a las 8:30 de la mañana, pero como salí casi a esa hora de mi casa, por supuesto que llegué a las 9:00.

Subí al tren en la estación de Parque del Este y tuve una laguna mental quizás, no lo sé, y me bajé en la estación de La Hoyada.

Cuando me bajé del vagón, pensé aliviada: "qué diferencia vale, no hay gente corriendo y empujando como loca para llegar rápido a la transferencia, qué nivel".

Pero cuando terminé de subir las escaleras mecánicas y busqué la entreda de la transferencia sin encontrarla, me di cuenta de que estaba en la estación equivocada y me dije a mí misma: "coño, con razón, tengo que volver a bajar y entrar al vagón, me falta una estación!!!".

Me monté en el vagón de turno y estaba vacío casi y me dije a mí misma ingenuamente: "si aquí no hay casi gente, me salvé, seguro que la transferencia está libre".

Pasé la transferencia normal, no me pisaron ni llevaba a nadie recostado, así que bajé para tomar el tren de la línea 3 del metro y cuando llegué al andén estaba a reventar de gente, no cabía un alma más allí...

Llegó el vagón y gracias a Dios que pude entrar, porque estaba bien tarde y me esperaban, a estas alturas ya mi celular había recibido mensajes de voz varios.

Cuando el tren comenzó su ruta comenzé a dudar de cuál era la estación que debía tomar y pensaba: "será Capuchinos?, no, no creo. Pero Maternidad tampoco, allí no es, mmm... creo que es Artigas... coño, no me acuerdo".

Luego de un ratico recordé que al lado de la estación del metro de Artigas está el C.C. Los Molinos y que detrás de este Centro Comercial estaba el recinto al cual me dirigía.

Salí en la estación, pregunté de todas formas y el operador me indicó la salida más cerca de mi destino.

Subí las escaleras mecánicas, salí y me alegré porque ya estaba a 2 cuadras del lugar, aunque tuve que empezar a saltar en medio de la calle porque el piso estaba inundado de charcos y yo estaba en sandalias.

Ustedes se preguntarán: "coño, para qué te fuiste en sandalias si está lloviendo, a quién se le ocurre".

Pero no me vayan a condenar, tenía una actividad bien importante que requería un vestuario en específico y el elegido va con sandalias, no otro tipo de calzado :-( pero logré que no se me mojaran los pies y llegué apuradita, corriendo y saludando de lejos a todo el que conocía.

Divisé a uno de mis compañeros de actividad al fondo pero como él es muy alto, tuve que correr para alcanzarlo y por lo menos llegar juntos, pero él al escuchar sonar el tacón de mis sandalias volteó y me esperó pacientementes sonreído de oreja a oreja (yo sé en el fondo que se reía de mí porque venía azorada y no conmigo).

PD: salir temprano de la casa!!! y preguntar a alguien que sepa si uno no recuerda bien el camino.